General Melo

Nació en Chaparral, Tolima el 9 de Octubre de 1800 y murió en La Trinitaria México el 1 de Junio de 1860. Su padre Manuel Antonio Melo y su madre María Antonia Ortiz lo criaron en Ibagué donde creció. Fue militar y político en la época del virreinato español de la Nueva Granada. En 1854 fue presidente del país en época de revolución. Hizo parte del ejercito libertador comandado por Daniel Castañeda y además participó activamente en casi la totalidad de las batallas independentistas de Suramérica; entre estas la de Bomboná, Pichincha, Junín y Ayacucho.

El General Melo, se casó con doña Teresa de Vargas París quien pertenecía a una familia conocida como próceres de la independencia. Su padre Ignacio de Vargas Tavera. Juntos, tuvieron dos hijos, una niña llamada Bolivia en honor a Bolívar y un hombre, quien murió en una catástrofe marítima. Después volvió a contraer matrimonio con la Panameña Juliana Granados, con quien tuvo a su otro hijo Máximo.

Se dice que José María Melo era de mediana estatura y fuerte complexión, además era reconocido por su estricta disciplina y su amor por los caballos. Sus restos son unos de los pocos que se encuentran fuera de su patria. Cuando muere Bolívar, de quien era fiel seguidor, decide darle su apoyo a Rafael Urdaneta durante su corto mandato. Este hecho causa la expulsión del general a Venezuela donde se vinculó a un grupo de oficiales que conspiraban en contra del presidente José María Vargas, quienes logran derrocarlo. Es evidente el espíritu revolucionario y arrasador del General Melo que siempre actuaba con firmeza y agudeza. En Venezuela vivió una  parte de su historia como miembro importante de la milicia y en 1840 regresa a la Nueva Granada donde decide no involucrarse más en asuntos militares pero si en asuntos comerciales. Sin embargo tiempo después el presidente José Hilario López lo nombra comandante de Cundinamarca, donde su trabajo no se hace fácil y es allí donde se desarrolla gran parte de su labor.

Melo murió fusilado por órdenes expresas del General Ortega (Mexicano). Su cuerpo permaneció allí tendido hasta que los indios tojolabales lo enterraron frente a una pequeña capilla, donde aun hoy permanecen.